Qué nos gusta

Cristina es una de esas personas que dejan huella cuando se cruzan en tu camino. Nos conocimos hace muchos años, en otra etapa, en otra situación. Desde el principio nos entendimos bien, lo pone fácil. Pero nuestros caminos se separaron, mantuvimos cierto contacto y volvimos a encontrarnos, laboralmente hablando, hace un par de años.

Y desde entonces, compartimos proyecto y muchas horas de oficina. Compartimos los mismos valores y la misma idea de disfrutar de las pequeñas cosas. El gusto por el detalle. Y los chistes tontunos, porque hay que trabajar con una sonrisa. Creo que el buen rollo de Éditra se transmite a clientes y colaboradores.

Es una persona cercana, honesta, y sincera, tanto en el ámbito personal como en el laboral. No vende humo. Admiro su fuerza de voluntad y esa cabezonería sana que le hace conseguir lo que se propone, ya sea cumplir con sus objetivos comerciales o escalar una pared complicada… Su carácter alegre y extrovertido no excluye a una profesional que no olvida nunca pedir un feedback a los clientes, felicitarles por sus logros o conseguir citas varias en una feria interesante. Es una suerte compartir trabajo, tiempo e inquietudes con una persona que suma, que aporta. Así somos. Somos Éditra.

Resulta difícil hablar de uno mismo, así que hablaré de Silvia.

Nos conocemos desde hace muchos años, pero en aquella época trabajábamos en departamentos diferentes. Allí ya vi en Silvia muchas cualidades. Es trabajadora, comprometida, comunicadora y muy resolutiva. Entonces no conocía a la persona, sino a la compañera de trabajo. Años después, el mundo de la traducción nos volvió a unir de forma diferente, con un proyecto propio: Éditra. Tenemos la misma idea de servicio, de solucionar problemas, pero siempre aderezado con nuestro toque personal. Ahora compartimos muchas horas, muchas ideas, mucho trabajo, pero también muchas risas. He descubierto a una persona con unos valores extraordinarios, trabajadora, y muy volcada en los demás, dejando muchas veces de lado su propio interés para conseguir una sonrisa. Congeniamos genial a pesar de ser muy diferentes y eso es porque sabe escuchar y empatizar. Sabe cómo decir las cosas y es muy resolutiva. Su palabra clave es: SIMPLIFICA, aunque últimamente está añadiendo a su vocabulario “les pelotes”, provocando una carcajada cada vez que la dice.

Formamos un equipo estupendo y eso se nota en nuestro día a día personal y en nuestro trabajo. ¡Contigo hasta el infinito y más allá!